By Javier Alvarado, especial para El Pique News, Fresno & Central Valley
Cuando el miedo se instala en tu mente por recibir cada día frases ofensivas por tu nacionalidad, color de piel, por ser migrante o simplemente porque no entiendes el idioma, no hay manera de que no te sientas dañado o dañada. Dejas de ser una persona social hasta convertirte en una intolerante a la injusticia.
Este es el caso de una mujer hispana, madre de familia, víctima de racismo por parte de la policía. Se trata de Isabel Castillo, vive en el Área de la Bahía; mientras conducía por las calles de Mountain View fue intervenida por la policía que le solicitó su documentación. El motivo no parar en un “stop”.
El racismo es un modo de pensar que aprueba o rechaza automáticamente a una persona, sin conocer quién es, simplemente porque pertenece a una u otra raza. Es decir realizamos una exclusión o rechazo por el color de la piel, linaje étnico o por el país de donde proviene.
Cuando el miedo se instala en tu mente por recibir cada día frases ofensivas por tu nacionalidad, color de piel, por ser migrante o simplemente porque no entiendes el idioma, no hay manera de que no te sientas dañado o dañada. Dejas de ser una persona social hasta convertirte en una intolerante a la injusticia.
Este es el caso de una mujer hispana, madre de familia, víctima de racismo por parte de la policía. Se trata de Isabel Castillo, vive en el Área de la Bahía; mientras conducía por las calles de Mountain View fue intervenida por la policía que le solicitó su documentación. El motivo no parar en un “stop”.
El racismo es un modo de pensar que aprueba o rechaza automáticamente a una persona, sin conocer quién es, simplemente porque pertenece a una u otra raza. Es decir realizamos una exclusión o rechazo por el color de la piel, linaje étnico o por el país de donde proviene.
“Les dije soy latina, no tengo licencia, ni hablo inglés, me bajaron del auto, me esposaron con las manos atrás, me llevaron en la patrulla hasta la estación y me recluyeron en una pequeña celda. Me sentí una delincuente, imaginaba que nunca iba a salir, estuve encarcelada”, narra con voz entrecortada al recordar la escena.
Para Isabel Castillo, pese a que mucha gente diga que no es racismo, claramente lo fue porque se sintió denigrada en su persona por sus diferencias sociales, económicas, físicas y especialmente por el color de la piel.
Aunque le resulta difícil recordar este triste episodio, durante la entrevista con la periodista Rossana Drumond de Alianza News, se arma de valor y nos cuenta “en esos momentos tuve miles de ideas, sobretodo porque tengo una hija en la escuela, pensaba ¿qué va a ser de ella? Me sentí una criminal sin serlo. Tarde un tiempo en salir de esta impresión, desde allí cada vez que veía a un policía entraba en pánico”.
Con este testimonio, desde Alianza Metropolitan News queremos unirnos a la lucha “California contra el racismo” que se da en distintos niveles, explicando y entendiendo en que todos los días por alguna razón hemos cometido desprecio hacia alguien o hemos emitido una expresión racista porque vivimos en un país donde confluyen migrantes de muchas nacionalidades, de muchas razas.
El problema se torna enfermizo cuando miramos con desprecio, con superioridad a las personas por el nivel socio económico en que nos podamos encontrar.
El racismo es un modo de pensar que aprueba o rechaza automáticamente a una persona, sin conocer quién es, simplemente porque pertenece a una u otra raza. Es decir realizamos una exclusión o rechazo por el color de la piel, linaje étnico o por el país de donde proviene.
Este actuar lo conocemos como discriminación racial y forma parte de los crímenes de odio tipificados en numerosas convenciones internacionales que persiguen la igualdad entre las personas.
El caso de Isabel Castillo es un tipo de racismo conocido como institucional, que se da cuando algunas personas en las instituciones del estado operan bajo la idea de la discriminación racial; la justicia actúa de acuerdo al color de piel del ciudadano.
Sin embargo, aunque el testimonio de Isabel es revelador, es bueno entender que no vamos a generalizar el comportamiento de las personas, ni tampoco vamos a enfrentarnos contra la policía, pero reconocemos que algunos efectivos exceden el procedimiento porque simplemente algo en el intervenido no me gustó.
“Para mí fue una agresión por racismo, porque tranquilamente me hubiera dado el “ticket” la multa, y luego saber que tengo que hacer, y no bajarme del auto, ponerme las esposas y llevarme al bote”, aportó
ALIANZA CONTRA EL RACISMO
Durante el desarrollo de esta campaña “California contra el racismo” queremos aclarar que no es nuestra intención dividir a las personas, todo lo contrario, vamos a aprender más sobre este tema y entender que hablar de racismo no significa que vamos a ir contra todas las personas, vamos a exponer casos como el de Isabel, pero también vamos a escuchar a quienes piensan diferente.
Cuando uno descalifica o desprecia al otro que es tan persona como nosotros, significa que socialmente logramos dividirnos permanentemente, nos calificamos como los de arriba y los de abajo, porque estudiamos en un sitio y no en otro. Es precisamente estas muestras de desprecio y de constante minimizar al otro que hace un mes se registraron lamentables atentados en el que perdieron la vida 10 personas en un supermercado en Búfalo (Nueva York) en un ataque con motivaciones racistas; días después en una escuela de Uvalde (Texas), donde el 90 % del alumnado es latino, un tiroteo masivo dejo 19 menores y 2 maestras asesinadas.
También un inmigrante chino atacó a la Iglesia Presbiteriana de Ginebra en la ciudad de Laguna Woods, al sudeste de Los Ángeles, dejando una persona muerta y otras cuatro heridas de gravedad, al parecer motivaciones racistas.
Claramente podemos apreciar que en todos los tiroteos ha existido el desprecio hacia un grupo de personas, el ánimo de sentirnos superiores a ellos. El racismo es un problema público que atañe a todos, no es un problema que incumbe a 1 ó 2 personas, sino que es algo que está metido en todas las instituciones públicas y privadas y en las personas.
Este artículo es parte del proyecto periodístico Alto al Racismo en California.
Para Isabel Castillo, pese a que mucha gente diga que no es racismo, claramente lo fue porque se sintió denigrada en su persona por sus diferencias sociales, económicas, físicas y especialmente por el color de la piel.
Aunque le resulta difícil recordar este triste episodio, durante la entrevista con la periodista Rossana Drumond de Alianza News, se arma de valor y nos cuenta “en esos momentos tuve miles de ideas, sobretodo porque tengo una hija en la escuela, pensaba ¿qué va a ser de ella? Me sentí una criminal sin serlo. Tarde un tiempo en salir de esta impresión, desde allí cada vez que veía a un policía entraba en pánico”.
Con este testimonio, desde Alianza Metropolitan News queremos unirnos a la lucha “California contra el racismo” que se da en distintos niveles, explicando y entendiendo en que todos los días por alguna razón hemos cometido desprecio hacia alguien o hemos emitido una expresión racista porque vivimos en un país donde confluyen migrantes de muchas nacionalidades, de muchas razas.
El problema se torna enfermizo cuando miramos con desprecio, con superioridad a las personas por el nivel socio económico en que nos podamos encontrar.
El racismo es un modo de pensar que aprueba o rechaza automáticamente a una persona, sin conocer quién es, simplemente porque pertenece a una u otra raza. Es decir realizamos una exclusión o rechazo por el color de la piel, linaje étnico o por el país de donde proviene.
Este actuar lo conocemos como discriminación racial y forma parte de los crímenes de odio tipificados en numerosas convenciones internacionales que persiguen la igualdad entre las personas.
El caso de Isabel Castillo es un tipo de racismo conocido como institucional, que se da cuando algunas personas en las instituciones del estado operan bajo la idea de la discriminación racial; la justicia actúa de acuerdo al color de piel del ciudadano.
Sin embargo, aunque el testimonio de Isabel es revelador, es bueno entender que no vamos a generalizar el comportamiento de las personas, ni tampoco vamos a enfrentarnos contra la policía, pero reconocemos que algunos efectivos exceden el procedimiento porque simplemente algo en el intervenido no me gustó.
“Para mí fue una agresión por racismo, porque tranquilamente me hubiera dado el “ticket” la multa, y luego saber que tengo que hacer, y no bajarme del auto, ponerme las esposas y llevarme al bote”, aportó
ALIANZA CONTRA EL RACISMO
Durante el desarrollo de esta campaña “California contra el racismo” queremos aclarar que no es nuestra intención dividir a las personas, todo lo contrario, vamos a aprender más sobre este tema y entender que hablar de racismo no significa que vamos a ir contra todas las personas, vamos a exponer casos como el de Isabel, pero también vamos a escuchar a quienes piensan diferente.
Cuando uno descalifica o desprecia al otro que es tan persona como nosotros, significa que socialmente logramos dividirnos permanentemente, nos calificamos como los de arriba y los de abajo, porque estudiamos en un sitio y no en otro. Es precisamente estas muestras de desprecio y de constante minimizar al otro que hace un mes se registraron lamentables atentados en el que perdieron la vida 10 personas en un supermercado en Búfalo (Nueva York) en un ataque con motivaciones racistas; días después en una escuela de Uvalde (Texas), donde el 90 % del alumnado es latino, un tiroteo masivo dejo 19 menores y 2 maestras asesinadas.
También un inmigrante chino atacó a la Iglesia Presbiteriana de Ginebra en la ciudad de Laguna Woods, al sudeste de Los Ángeles, dejando una persona muerta y otras cuatro heridas de gravedad, al parecer motivaciones racistas.
Claramente podemos apreciar que en todos los tiroteos ha existido el desprecio hacia un grupo de personas, el ánimo de sentirnos superiores a ellos. El racismo es un problema público que atañe a todos, no es un problema que incumbe a 1 ó 2 personas, sino que es algo que está metido en todas las instituciones públicas y privadas y en las personas.
Este artículo es parte del proyecto periodístico Alto al Racismo en California.