Por Javier Alvarado, especial para El Pique, Fresno, Valle Central
Para quienes viven en el extranjero, Estados Unidos, se ha convertido en el lugar soñado, el país de las grandes oportunidades, el paraíso dorado donde la fama y el lujo les esperan. Sin embargo, para los inmigrantes que llevan más de 30 años aquí hasta el último en llegar, cada día deben enfrentarse a un trato diferenciado por el color de su piel, por el idioma, por los rasgos de su cara, convirtiéndose, en muchas de las veces, en víctimas de racismo y víctimas de discriminación.
Aunque se proclama que todos tienen los mismos derechos cuando vienen a Estados Unidos, en realidad no es así. Pese a que se están cambiando las reglas, en muchos condados los ciudadanos extranjeros sienten la discriminación a diario cuando son intervenidos por la policía, porque cuando arresta a un extranjero comunican a ICE sobre su status migratorio para que sea sacado del país.
Para quienes viven en el extranjero, Estados Unidos, se ha convertido en el lugar soñado, el país de las grandes oportunidades, el paraíso dorado donde la fama y el lujo les esperan. Sin embargo, para los inmigrantes que llevan más de 30 años aquí hasta el último en llegar, cada día deben enfrentarse a un trato diferenciado por el color de su piel, por el idioma, por los rasgos de su cara, convirtiéndose, en muchas de las veces, en víctimas de racismo y víctimas de discriminación.
Aunque se proclama que todos tienen los mismos derechos cuando vienen a Estados Unidos, en realidad no es así. Pese a que se están cambiando las reglas, en muchos condados los ciudadanos extranjeros sienten la discriminación a diario cuando son intervenidos por la policía, porque cuando arresta a un extranjero comunican a ICE sobre su status migratorio para que sea sacado del país.