Por Carmen Palacios, especial para El Pique News, Fresno, Central Valley
En un mundo cada vez más conectado, la prevención es una de las herramientas más poderosas para enfrentar el tráfico humano. Hablar abiertamente, compartir información y estar atentos son pasos esenciales para proteger a nuestros hijos y comunidades de este delito que, aunque muchas veces pasa desapercibido, deja cicatrices profundas en quienes lo sufren.
El tráfico humano no es un problema lejano ni ajeno. Es un delito que explota a personas de diversas maneras: esclavitud laboral, explotación sexual, trabajo forzado o incluso la extracción de órganos. Lo más alarmante es que sucede más cerca de lo que imaginamos, a menudo sin que nadie lo note.
En un mundo cada vez más conectado, la prevención es una de las herramientas más poderosas para enfrentar el tráfico humano. Hablar abiertamente, compartir información y estar atentos son pasos esenciales para proteger a nuestros hijos y comunidades de este delito que, aunque muchas veces pasa desapercibido, deja cicatrices profundas en quienes lo sufren.
El tráfico humano no es un problema lejano ni ajeno. Es un delito que explota a personas de diversas maneras: esclavitud laboral, explotación sexual, trabajo forzado o incluso la extracción de órganos. Lo más alarmante es que sucede más cerca de lo que imaginamos, a menudo sin que nadie lo note.